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Escuela Waldorf | 14/06/2020 | 0 Comments

COVID-19 y nuestra crisis existencial

Son las 7:30 de la mañana y miro hacia fuera de mi casa… ya no veo el autobús escolar que durante años y años apareció todos los días. Todas las reuniones se han cancelado y los productos básicos se han agotado en muchas tiendas locales. Gracias a varios medios de comunicación, vemos imágenes de Roma, Madrid y otras ciudades del mundo totalmente desiertas. Más que una “noticia”, se trata de una crisis existencial que plantea una pregunta más amplia: ¿Qué es lo que está pasando?
El espíritu humano anhela una comprensión que vaya más allá de lo que se presenta incesantemente en las noticias; estamos en busca de un significado como nunca antes.

El abismo de la nada

Ya desde el año pasado, he venido observando que mucho de lo que nos venía sosteniendo nos está siendo retirado. Las tradiciones en nuestras escuelas Waldorf son cuestionadas como nunca antes, las finanzas están al límite y las normas sociales básicas parecen estar erosionándose. Ahora, en esta corona-crisis, vemos duras imágenes de lo que nos ha venido calando desde hace tiempo: una experiencia de la nada. Estamos siendo despojados del pasado, y estamos más solos que nunca. Esto presenta una nueva necesidad: estamos en un punto de la evolución en el que lo “viejo” ya no puede continuar, y ahora todo dependerá de nuestros propios esfuerzos como seres humanos individuales. Necesitamos crear de la Nada. Lo que se me ha dado ya no es suficiente; necesito crear, como nunca antes, a partir de lo que hay en mí mismo.

Justicia social y un nuevo orden

Las escuelas Waldorf han vivido, en no pocas ocasiones, en una especie de burbuja protectora, sostenidas por el apoyo entusiasta de los padres, la dedicación de los maestros y el personal, generosos donantes y una mínima interferencia del exterior. Muchas escuelas Waldorf en México y en Estados Unidos han nutrido a muchos, muchos niños felices, y nuestros graduados han demostrado los muchos beneficios de su educación. Aunque los desafíos de la sociedad han crecido cada año, algo diferente está sucediendo este año del centenario de la pedagogía Waldorf. El paradigma ha cambiado. La experiencia actual del abismo de la nada es una sacudida para redirigir nuestra brújula interior, cambiar nuestras rutinas diarias y reclamar las raíces del movimiento Waldorf en la justicia social. El cambio ya no es una opción; es una necesidad.

Distanciamiento social

Las escuelas se basan en hacer comunidad. Desde hace mucho tiempo, la escuela de mi colonia es el centro de la vida cultural: las producciones teatrales de los estudiantes, los festivales y más. Ahora se nos pide que practiquemos el distanciamiento social. ¿Esto es sólo un bache en el tiempo, o podemos recurrir nuevamente a la sintomatología? Dis-tanciamiento, dis-locación, des-estabilización… todos comienzan con el prefijo latino que significa privación o ‘fuera de’, y sacan a relucir otras palabras que suenan fuerte en el entorno actual: incredulidad (disbelief), descontento, descorazonar, renegar (disown), discordia (Dante se refirió a las capas más profundas del infierno como la Ciudad de los ‘dis’). Mucho antes de nuestra actual manifestación de distanciamiento social, experimentamos la disociación de los roles de liderazgo tradicionales, de los demás e incluso de los hechos.
Ya no sabemos dónde estamos parados en tantos aspectos. A veces pareciera que todos necesitamos volver al primer grado y aprender de nuevo lo que significa compartir, escuchar a los demás, jugar bajo las mismas reglas, en resumen, ser decente y respetuoso. El distanciamiento social de COVID-19 nos pregunta a todos: ¿podemos manejar la condición anímica de aislamiento y desconexión, y cómo queremos trabajar juntos? Si profundizamos, podremos llegar a las preguntas sobre la naturaleza misma del encuentro humano.

Des-institucionalizando las escuela

Los que practican escuela en casa han formado parte durante mucho tiempo de un movimiento de desescolarización más amplio. Ahora las escuelas están cerradas durante semanas, tal vez meses. ¿Qué significa esto? La muerte puede llevar al renacimiento del espíritu. Las instituciones están en sí mismas siempre muriendo, y se mantienen vivas solo gracias a la gente que hay en ellas; pero uno siente que el tiempo presente está pidiendo un cambio más radical. Tal vez necesitamos reorientarnos hacia actividades que dan vida y enfocarnos menos en la perpetuación de los aspectos institucionales de los edificios y los presupuestos.

El miedo y el viaje espiritual

Franklin Delano Roosevelt (Presidente de Estados Unidos de 1933 a1945) siempre será recordado por la frase: “No tenemos nada que temer excepto al miedo mismo”. El miedo es un síntoma de nuestro tiempo. La pérdida de confianza en nuestros líderes, la confianza equivocada y las situaciones médicas desconocidas de hoy en día provocan comportamientos irracionales, insomnio y tensiones sociales.
Muchas tradiciones espirituales, incluyendo la mayoría de las religiones del mundo, tienen prácticas de expiación o preparación para las fiestas principales. El ayuno del Ramadán, el periodo de Cuaresma y la preparación para el Yom Kippur llaman a los participantes a cambiar sus costumbres y a renunciar a las comodidades y hábitos ordinarios. El espíritu está antes que la materia. Hoy se nos pide que reafirmemos nuestras raíces espirituales y pongamos límites a nuestros deseos de cosas materiales. Nos estamos acercando a un estado existencial sin precedentes. Estamos mirando el abismo: la nada, la desconexión, el desestablecimiento de las instituciones, el miedo y el temor a lo desconocido.
De este momento puede surgir una nueva sensación de libertad. Podemos elegir cómo queremos relacionarnos, qué valoramos en la vida y cómo queremos apoyar las actividades educativas. Nuestra crisis existencial está preñada de potencial, si estamos despiertos en este momento decisivo. Sí, todos anhelamos un retorno a alguna apariencia de normalidad.
Espero que todos podamos atravesar esta noche oscura del alma y emerger más fuertes de espíritu. Como en Narnia, una mesa de piedra que se fractura puede llevar a la transformación porque hay ‘magia profunda’ en todo lo humano. La muerte puede traer nueva vida.


Torin Finser ha sido maestro Waldorf por más de cuarenta años en Estados Unidos. Ha escrito varios libros y es consultor, conferencista y orador de temas de educación. El texto ha sido adaptado. Para consultar el original, puedes visitar: http://www.waldorftoday.com/2020/03/covid-19-and-our-existential-crisis/

La escuela Waldorf de Cuernavaca tiene más de 30 años de existencia y brinda educación desde maternal hasta secundaria. Síguenos en FB como Escuela Waldorf de Cuernavaca. Para mayores , puedes visitar la página www.escuelawaldorf.edu.mx.

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